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¿Se debe prohibir a los pacientes en unidades psiquiátricas usar teléfonos móviles e Internet?



En la actualidad estamos en una época en la que se busca restringir lo menos posible los derechos de las personas con discapacidad. En el momento actual el acceso a los teléfonos móviles e Internet forma parte del derecho a las comunicaciones que tiene cualquier ciudadano. Esta cuestión es especialmente relevante en los pacientes ingresados en unidades de psiquiatría. la cuestión se viene debatiendo desde hace años tanto en la literatura científica como en los medios de comunicación generalistas.


En un estudio australiano se realizó una encuesta (O'Connor et al 2018) en la que se preguntaba al personal sanitario de las unidades, y a los pacientes ingresados su opinión sobre la importancia de poder acceder a los dispositivos electrónicos personales. Como cabría esperar los pacientes estaban más de acuerdo con que se permitiera que el personal sanitario. No obstante el 85% de las unidades de hospitalización psiquiátrica no permitía su uso.


En otro artículo teórico publicado en 2018 en el JAAPL (Morris, 2018) se reflexiona sobre la misma cuestión, y se hacen algunas recomendaciones. Se considera que no todas las unidades psiquiátricas son iguales, y la política a seguir dependerá del perfil de pacientes. No es lo mismo una unidad de adolescentes que una de ingresos involuntarios, o una unidad abierta. De este modo en unos casos estaría indicado y en otros no.


En otro estudio reciente publicado en Psychiatry Research (Asuzu 2021) se ha visto que en función del diagnóstico, unos pacientes están más interesados que otros. El uso del móvil tiene importancia para el acceso a la historia electrónica y aplicaciones relacionadas con las citas, y la comunicación con el equipo asistencial, en el contexto en que se realizó el estudio. Incluso en la prensa generalista ya han planteado el problema. En 2004 se publicó un artículo sobre la cuestión en The New York Times.


Las razones para prohibir el uso de móviles en las unidades de hospitalización son obvias. Los móviles se han convertido en la actualidad en cámaras de video y de fotografía, y con una calidad excelente. Cualquier persona podría tomar imágenes de pacientes que están ingresados sin que se den cuenta y subirlas a las redes sociales. Si la imagen se convierte en viral sería una gravísima invasión de la privacidad de alguien que es muy vulnerable. Se puede producir mucho daño si no hay un control estricto. Otra cuestión sería que los pacientes tuvieran un aparato que sólo fuera un teléfono móvil y que no pudiera grabar o fotografiar nada, solo hablar por teléfono.


Durante la pandemia se han producido situaciones extraordinarias cuando se detectaba a un paciente infectado por coronavirus. En estos casos todos los pacientes del mismo espacio de convivencia tenían que permanecer aislados, en sus habitaciones, para prevenir un contagio masivo. En estos casos, en algunas unidades se ha permitido el acceso a los teléfonos móviles. Pero éstas eran situaciones muy justificadas. Ahora parece que estamos volviendo a la normalidad.


Como decía al principio ahora estamos en un momento histórico en el que se ha puesto especial énfasis en los derechos de las personas con discapacidad. El discurso predominante ahora es que las personas con discapacidad deben de disfrutar de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos, y no se les puede discriminar. Y conceder estos derechos implica asumir riesgos. Aunque haya situaciones perjudiciales. Se considera que el beneficio de que se respete un derecho a muchos compensa que se pueda perjudicar a unos pocos. Así nos los decía la Fiscalía General del Estado en una circular sobre el control de la contención mecánica en centros sanitarios, y que analicé en otro post.


Los argumentos para prohibir los móviles son razonables, y proporcionados: evitamos un daño. Pero esto no es suficiente. Vivimos en una sociedad que está ansiosa por dar derechos, por emancipar, a los que están oprimidos y discriminados. El precio a pagar no les importa tanto a nuestros políticos, y nos dicen que busquemos la manera de que minimicemos el riesgo, respetando el derecho, en este caso a la comunicación. Este es el gran desafío que tenemos por delante.


Personalmente creo que, en pocos años, veremos que los pacientes tendrán sus teléfonos móviles durante su ingreso. Se encontrará alguna manera de salvaguardar la privacidad del conjunto, aunque no sé muy bien cómo.


Referencias:

O’Connor N, Zantos K, Sepulveda-Flores V. Use of personal electronic devices by psychiatric inpatients: benefits, risks and attitudes of patients and staff. Australasian Psychiatry. 2018;26(3):263-266. doi:10.1177/1039856218758564


Morris, Nathaniel P. "Internet access for patients on psychiatric units." J Am Acad Psychiatry Law 46 (2018): 224-31.


Asuzu, Kammarauche, and M. Zachary Rosenthal. "Mobile device use among inpatients on a psychiatric unit: A preliminary study." Psychiatry Research 297 (2021): 113720.


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