El 25 de octubre de 2023, Robert Card, un hombre de 40 años, irrumpió en un centro de bolos en Lewiston, Maine, Estados Unidos, y abrió fuego contra un grupo de jóvenes que participaban en una liga de bolos. Luego se dirigió a un bar cercano y continuó su ataque. En total, Card asesinó a 18 personas e hirió a otras 13 antes de huir de la escena. La policía lo persiguió durante dos días hasta que finalmente lo encontraron muerto por suicidio en un camión-remolque.
Robert Card nació en 1983 y creció en Maine. Se unió al ejército de los Estados Unidos en 2003 y sirvió durante 10 años, incluyendo un despliegue en Irak. Nunca estuvo expuesto a situaciones de combate. Después de dejar el ejército, Card trabajó como instructor de armas de fuego y operador de maquinaria pesada.
Card tenía un historial de problemas de salud mental. En 2019, fue hospitalizado durante dos semanas después de experimentar alucinaciones y paranoia. También fue diagnosticado de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y depresión. Se inició tratamiento con litio que abandonó al ser dado de alta. Parece que Robert Card presentaba síntomas psicóticos cuando cometió los asesinatos.
En 2022, el estado mental de Robert Card comenzó a deteriorarse notablemente. Su familia notó que la pérdida de audición iba acompañada de un cambio de personalidad: se volvió cada vez más hosco e irritable. La primavera de 2023 marcó el inicio de delirios paranoides. Card creía que la gente de su comunidad estaba difundiendo rumores sobre él, específicamente etiquetándolo como pedófilo. Su deterioro mental también se reflejó en una pérdida significativa de peso.
En mayo de 2023, la familia de Card estaba tan preocupada por su paranoia y alucinaciones auditivas que contactó a la policía local. Esto fue motivado por su reciente adaptación a audífonos. Un par de meses después, en julio, su unidad militar también informó sobre su comportamiento errático y amenazas de violencia, mencionando específicamente un posible tiroteo en una base militar de Maine. Estas acciones resultaron en su hospitalización temporal para una evaluación psiquiátrica. A pesar del tratamiento y la medicación, la condición de Card empeoró al regresar a casa.
En agosto de 2023, Card fue despojado de sus privilegios de manejo de armas en el ejército. El mismo día, se le negó la compra de un silenciador de armas de fuego debido a su historial de hospitalización. Lamentablemente, su violencia se intensificó en los meses siguientes, marcada por arrebatos de ira y creencias delirantes continuas.
A mediados de septiembre, su comportamiento preocupante llevó a otra verificación de su situación. A pesar de las conocidas habilidades de tiro de Card, y su potencial de violencia, las autoridades no hicieron ningún intento por intervenir más.
Tras su muerte, el cerebro de Card fue examinado por investigadores de la Universidad de Boston. Los resultados mostraron que Card tenía evidencia de daño cerebral traumático, lo que podría haber contribuido a sus problemas de salud mental. Los investigadores también encontraron que Card tenía niveles elevados de una proteína llamada tau, que se asocia con la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.
En toda su trayectoria profesional en el ejército de Estados Unidos Robert Card jamás estuvo expuesto a situaciones de combate. Su principal actividad era el entrenamiento de los futuros oficiales en el manejo de diversas armas explosivas (granadas de mano, morteros, obuses, etcétera). Aunque estuvo expuesto a una supuesta distancia prudente de seguridad respecto al lugar en que se producían las explosiones, parece que el haber estado expuesto a decenas de miles de explosiones a lo largo de su trayectoria militar pudo haber provocado lesiones cerebrales.
Estos hallazgos han provocado una gran preocupación entre los veteranos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Una situación parecida se vivió hace unas décadas cuando los ex-jugadores de fútbol americano de la NFL reivindicaron que les quedaron lesiones cerebrals permanentes por los traumatismos reiterados sufridos y se diagnostico una nueva enfermedad cerebral: la Encefalopatía Traumática Crónica. El problema ya se ha detectado en muchos otros deportes.
La encefalopatía traumática crónica (ETC) es una enfermedad neurodegenerativa que se asocia a la exposición repetida a golpes en la cabeza. Los síntomas de la ETC pueden ser variados e incluir:
Problemas cognitivos:
Dificultad para concentrarse
Pérdida de memoria
Dificultad para tomar decisiones
Problemas de comportamiento:
Agresividad
Impulsividad
Depresión
Ansiedad
Problemas físicos:
Dolores de cabeza
Fatiga
Inestabilidad
Problemas de equilibrio
Síntomas psicóticos:
Alucinaciones
Delirios
Paranoia
La relación entre la ETC y los síntomas psicóticos no se comprende completamente. Sin embargo, se cree que la ETC puede causar daño a las estructuras del cerebro que son responsables de la regulación de las emociones, la cognición y la percepción. Este daño puede conducir a la aparición de síntomas psicóticos.
Algunos estudios han encontrado que:
Las personas con ETC tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas psicóticos que las personas que no tienen ETC.
La gravedad de los síntomas de la ETC se correlaciona con la gravedad de los síntomas psicóticos.
Los síntomas psicóticos pueden ser un predictor de la progresión de la ETC.
De cualquier manera no todas las personas que tienen una ETC van a desarrollar síntomas psicóticos. Y tampoco, todas las personas con episodios psicóticos tienen lesiones cerebrales propias de la ETC.
Robert Bart se terminó suicidando dos días después de haber cometido los asesinatos. Así que la cuestión de la inimputabilidad no se plantea en este caso, ya que la responsabilidad penal se extingue con la muerte del investigado. Sin embargo, si podrían derivarse responsabilidades civiles hacia la Administración de Veteranos, u otras instituciones, si se llegara a demostrar que la ETC que supuestamente padecía Robert Card pudiera haber desencadenado su episodio psicótico.
Esta cuestión también tiene importantes repercusiones para el Departamento de Defensa de Estados Unidos, pues va a tener que adoptar más medidas de protección en sus procedimientos de formación cuando se utilicen armas explosivas.
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